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domingo, 26 de enero de 2020

DICIENDOLE 5 COSAS A MEGAN MAXWELL

Acabo de terminarme (por fin) el libro Pídeme lo que quieras, de Megan Maxwell. Y digo por fin, porque me ha parecido insufrible,y aquí os explico el por qué, aparte de decirle, ya de paso, 4 cosas a la sra. Maxwell.

1. La redacción es malísima. No es que sea simple (Paulo Coelho lo es, y, sin embargo, puede ser profundo a la vez), sino porque no describe nada que no sean las escenas de sexo. Es decir, me ha parecido una literatura "genitalizada" y pobre, como cuando hacemos el amor y únicamente estamos enfocadxs en conseguir el orgasmo, o en llevar a cabo la penetración. Sra. Maxwell, le recomendaría que hiciera usted algún seminario de tantra, o que viera alguna de las películas o leyera el libro de Erika Lust (aquí le pongo el enlace para que se lo descargue de forma gratuita, y vosotras también), donde verá, como el sexo puede ser mucho más que el básico mete-saca y vagina-pene.

2. Cae en clichés manidos y repetidos. Nos presenta unos personajes más que manidos, ella más joven y más inexperta (por supuesto), él mayor y de vuelta de todo. Ella secretaria, él jefe. Él con dinero, ella de clase media. Vamos, el príncipe azul encubierto al rescate de la buena chica que, sin él, no hubiera conocido los placeres de la Vida.

3. Patriarcal a más no poder. Y encima encubierto. Es decir, es él el que le da permiso para usar un vibrador (por supuesto, de manera encubierta, en forma de regalo), es él el que la introduce en relaciones sexuales múltiples aunque ella al principio no quiera (por supuesto, luego accede, todo sea por complacer). Retrata a la chica como una mujer de bandera que reta al supuesto galán, cuando en verdad, establecen una relación inmadura e insana, nada que ver con el Amor real. De hecho, se puede entrever que ella lo que busca es la conexión con él, y, si tiene que pasar por otras manos para ello, aunque no le guste, lo hace. Pero Maxwell es muy inteligente, y, para ganarse al público femenino, pone en boca de Judith (la chica) cuanto disfruta y cuanto le gusta. La presenta como una mujer moderna y liberal. Engaño. Si Judith pudiera elegir, se quedaría con Eric en una relación de tú a tú. Eso seguro.

4. Violación encubierta y no-protección sexual hacia ella. Establecer entre ellos unos límites engañosos, haciendo creer que eran permitidos, no es ético. Es manipulación. Es decir, hacer que Judith tenga sexo sin saberlo (y sin haberlo consentido) con una chica, eso es una violación en toda regla. Asimismo, poner en boca de la personaje que prefiere que él la folle sin preservativo porque siente más, es de una inmadurez peligrosísima. Un tío que se folla a ciento y la madre y que luego está contigo, puede en 1er lugar transmitirte cualquier tipo de enfermedad, y 2ndo dejarte embarazada, con lo cual las consecuencias serían para tí. Y creedme chicas, las clínicas abortivas son de todo menos agradables, chicas que pasan una tras otra abortando y siendo tratadas como vacas, y NUNCA, O CASI NUNCA, acompañadas por el padre de la criatura. Siempre son las AMIGAS las que van.

5. Sumisión de ella y control total de él.  Celos absurdos, control total de él hacia ella enmascarado de una muestra de amor. Por favor, sra. Maxwell, no nos venda la moto haciéndonos creer que eso es amor, o haciendo demagogia cuando él explica por qué se comporta así. Es una falta de respeto y roza el maltrato psicológico, punto.

Y las escenas de sexo...bueno. Tienen su morbo, pero tampoco tanto. Al final parece una película porno de mal guión, intentando captar la atención de la lectora por lo sorprendente, pero no lo es. Carne y más carne con pinceladas de  alguna mirada disfrazada de Amor. Sra. Maxwell, los seres humanos somos más que un cuerpo, el morbo puede ser mucho más elegante y excitante de lo que usted presenta, y el Sexo debe ser honrado y disfrutado de manera sana por todas las partes. 

Cuando iba por la décima página, llamé a una clienta-amiga experta en literatura erótica (su trabajo está relacionado con estos libros y respeto mucho su opinión) y le conté lo que estaba pensando de este libro. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijo que todos los libros de literatura erótica de hoy día están en esa línea. Así que, mi reacción fue sentarme en el ordenador y retomar el libro de relatos eróticos que estoy escribiendo y que tenía estancado, con la intención de ofrecer otro modelo de sexualidad, en la línea de mi admirada Erika Lust.

Y que conste que no me hago publicidad encubierta, aún no lo he acabado y me queda bastante, pero sí me comprometo a aportar ese granito de arena para contribuir al cambio. Para que no seamos manipuladas a través de literatura engañosa y pobre. Porque chicas, (y hombres de verdad), nos merecemos más, mucho más, y eso es lo que le pedimos sra. Maxwell, un poquito de respeto y de integridad.

jueves, 2 de enero de 2020

¿DE VERDAD EL DESEO SEXUAL DESAPARECE AL CUMPLIR AÑOS?

Escribo esta entrada porque llevo tiempo observando como el deseo sexual parece desaparecer (sobre todo, por supuesto, en la mujer), con la aparición de la menopausia o en caso de enviudez. ¿No os parece extraño, que justo cuando el varón desaparece, la viuda en cuestión ya no quiera tener sexo ni siquiera con ella misma? Al menos socialmente hablando. Está mal visto, y nuestras mujeres mayores, las chamanas que nos han criado, educado, sostenido y amado, no se lo permiten.
Y, si están casadas, al llegar la menopausia, empiezan a decir que eso (el sexo, que incluso se vuelve innombrable) ya no va con ellas. Y se lo creen, y lo cumplen a rajatabla. Es decir, justo cuando su función biológica termina (tener hijos), su vida sexual también. ¿No os parece también, una "rara" coincidencia?
Sinceramente, yo lo veo como otra forma de mutilación patriarcal. Muy subliminal, muy inconsciente, pero plenamente grabada a fuego en el subconsciente (individual y colectivo). En la India, a las viudas se las encerraba (aún hoy en día), se les rapaba el pelo y se las obligaba a mendigar o trabajar hasta la saciedad, cuando no se las prostituía (todo esto está muy bien reflejado en una de las películas que más han marcado mi Vida y que siempre recomiendo a todo el mundo, Agua, de la directora Deepa Mehta. Os paso un trailer para que veais un poquito y si podeis encontrarla, os la vuelvo a recomendar, eso sí, preparaos para tener la sensibilidad a flor de piel en toda la peli)





Bueno, pues siguiendo con mi observación de esta realidad, volviendo a casi el 2020, quiero dar visibilidad a esa mutilación encubierta que sufren las mujeres mayores de hoy en día, la generación de nuestras mayores, y hago un llamamiento para que nosotrxs, mujeres y hombres más jóvenes y con mentalidad feminista, les empecemos, con mucho Amor y Tacto, a hacer llegar el mensaje de que la sexualidad en ellas es algo SANO y que además es su DERECHO. 
 Y no me refiero a regalarles un mamporro de 25 centímetros, que sería una falta de respeto, pero sí que un regalo "camuflado" podría empezar a abrir caminos. Por ejemplo, los masajeadores. Se les puede regalar diciendo que es un aparatito que estimula la circulación de la sangre (cosa que es verdad), y ya de paso, hacerle la bromita de que pueden usarlo en cualquier parte del cuerpo...y dejarlo ahí. Ya cada cual. Respetando su intimidad pero haciéndoles llegar el mensaje, porque si no ni lo saben ni mucho menos se atreverían a comprarlo. Y luego ni les preguntes, ni hagas ningún comentario o broma, a menos que ellas lo hagan. Ayúdalas a sentirse cómodas. 
Aquí os paso un ejemplo de estos masajeadores, para que sepais a qué me refiero:
Masajeador de DisfrutamosJuntxs
Y para que no me tacheis de "feminazi", o de antihombre, os digo que esto de la sexualidad "obscena" en las personas mayores también les afecta a ellos, pero menos, en mucho menor grado. Por eso me he centrado en ELLAS. 

 Porque les debemos esa pequeña aportación de conciencia, ese corte de cadenas, ese poner alas...al menos, démosles las herramientas, ya de ellas dependerá el querer usarla.