Se acerca Samhain, esa fiesta celta que celebra el final de la cosecha, el principio del invierno y el final de un ciclo.
La noche de las Brujas por excelencia es el 31 de octubre, noche en que se abre un portal que une los dos mundos y donde la magia es más potente que nunca y es cuando tendrá lugar nuestro próximo Retiro, el Despertar de las Brujas. Es por ello que, en esta entrada de blog, quiero homenajear a ese arquetipo que me parece tan injustamente tratado.
Las Brujas, según el patriarcado, mujeres que adoraban al diablo, que bailaban por la noche y formaban akelarres y orgias. Mujeres que hacían magia y que podían enganchar sexualmente a quien quisieran.
La REALIDAD:
Mujeres sabias, que conocían los secretos de la naturaleza, que sabían sanar con plantas y que las utilizaban respetando al máximo el cuerpo humano y el mundo natural, por eso parecía que hacían magia. Donde los médicos (hombres, por supuesto) hacían masacres, enfermando aún mas al paciente envenenando su sangre y debilitandolo con las sangrias de sanguijuelas, ellas lo fortalecian, con paciencia y escucha, alimentando cuerpo y alma.
Mujeres hermosas que se amaban y sabian amar. Que disfrutaban del sexo porque se permitian gozar de su cuerpo y que, por supuesto, enamoraban a todo aquel que tenía el privilegio de hacer el Amor con ellas. Y como no hay mayor atractivo para un hombre que ver a una mujer empoderada y gozando de su cuerpo y del del otro, de proporcionarse placer y no limitarse a recibir de forma pasiva y por eso se enamoraban de ellas...volviendos tambien libres y traicionando asi al patriarcado, que evita la union entre hombres y mujeres.
Mujeres independientes. Que no dependian de un hombre para ser felices, porque estaban llenas con lo que hacían a diario. Fuera pintar, cocinar, sanar...mujeres alegres y bondadosas que compartían su felicidad.
Mujeres que se reunian juntas, alrededor del fuego. Que bailaban, cantaban, se abrazaban, se amaban, se hermanaban, se alineaban con los Elementos y por eso, se volvían más poderosas que nunca.
Y eso daba miedo. Porque no se podía ni se puede controlar. Es una fuerza intangible, ligera, etérea y que llega a todos lados.
Es la FUERZA DEL AMOR.
Eso es lo que sucedio en nuestro pasado Retiro. Y volverá a pasar en el de este fin de semana, el Despertar de las Brujas. Y en el siguiente, y en el otro, y en el de más allá.
Porque las Mujeres juntas nos transformamos, juntas sanamos. Y juntas nos expandimos.
Pd. Recomendacion: Película Akelarre de Pablo Agüero.
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